UN CADÁVER PARA UN DETECTIVE

UN CADÁVER PARA UN DETECTIVE
VICENTE CORACHÁN

martes, 26 de abril de 2011

CON EL LIBRO EN MIS MANOS

El día 1 de marzo, llegó el libro a mis manos. ¡Bendita sensación!; era como la sensación de ser padre: algo tuyo nace y de pronto está en tus manos, sujetándolo y admirándolo.
Ya había vivido tres veces ese tipo de sensación, las dos primeras fueron al nacer cada una de mis dos hijas y la tercera cuando nació mi nieta. Ahora; aunque evidentemente no era lo mismo, se parecía mucho y me recordaba a esos tres "disfrutes" anteriores.
A partir de aquí venía lo peor, la tarea más ardua y difícil, la de hacer de comercial. Se me presentaba el reto de ir puerta a puerta, librería a librería ofreciendo que me expusieran en sus vitrinas mi novela. Convencerles de que esa historia que había creado podría interesarle a alguien.
Ya me habían asesorado en ese sentido, así era como tenía que sufrir por ser un "escritor novel", un "principiante", un "desconocido" y ese tenía que ser el precio a pagar. Pero lejos de tener dificultades, me fue relativamente sencillo.
AL igual que me había ocurrido con la Editorial que enseguida llegamos a un acuerdo, en este tema también pasó algo parecido. Decidí visitar a la librería Abacus de Sant Boi, por ser una librería grande y por ser además una cooperativa, con lo cual podría intentar distribuir el libro por todas sus librerías.
Cuando me presenté en Abacus y expuse mis intenciones, me sorprendí, ya que mostraron un gran entusiasmo y me hicieron sentir como "un escritor", ya que me estaban escuchando y atendiendo como a tal.
Las chicas que estaban en el mostrador y el chico que les acompañaba, enseguida llamaron a la responsable para que me atendiera personalmente.
No pasó ni un minuto cuando se me acercó Yolanda, la cual seguía con el mismo entusiasmo que sus compañeros. Enseguida, tras explicarle cual era mi novela, enseñarle un ejemplar y hacerle una pequeña exposición de su contenido, pasó a buscar un hueco en la agenda, a decirme que además podríamos hacer algo para Sant Jordi (día del libro), etc.
En definitiva que hizo que el corazón se me saliese de la camisa. No me lo podía creer. Yo que iba a suplicarle que por favor me pusieran un ejemplar en un rincón de alguna estantería por si alguien lo podía ver...
A partir de ahí, fuegos artificiales. Empezamos a trazar mi presentación y adarme detalles de dónde y cómo podíamos hacerla. Claro está notificándome que tenía que hablar con sus superiores pero que no le veía ningún problema.
Me fui de la tienda (sólo me faltaba dar saltos de alegría) y volví dos días después para saber lo que le habían dicho. Todo lo tenía preparado, estudiado, y por supuesto aceptado por sus superiores, así que empezamos a preparar definitivamente la presentación.
Pensé que ya podía empezar a visitar más librerías y ofrecerles que cogieran mi novela, ya me sentía fuerte. Abacus, por medio de Yolanda, me había hecho sentir un escritor y me sentía con todas las fuerzas de poder presentar mi novela en cualquier sitio.

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